Tuvo que ser aquí
con lo mal que aterricé,
y este frío calando los huesos.
Tuvo que ser aquí,
tan lejos del caliente plato en la mesa
y ese beso antes de dormir.
Tuviste que ser tú esa ansiada luz,
mi hogar en la distancia,
el árbol que da sombra,
mi hueco en la almohada eres tú.
Tuve que ser yo
un valiente a medias con discurso de boca pequeña.
Ese que olvidó que esto ya pasó,
que la historia pierde siempre la memoria
y la vida es circular.
Y dime qué,
dime qué hago yo con esto que me araña tanto dentro,
dime qué hago con la tela que antes me arropó,
dime qué hago con mis labios y estas ganas de besarte.
Y dime tú,
dime cómo se controla el pulso cuando rondas cerca,
dime cómo ir de frente, dónde puedo esconderme,
dime qué hago con tus ojos y estas ganas de mirarlos siempre.
Tuvimos que ser dos, el momento exacto,
un oasis entre tanta arena,
los que brindaron por la casualidad,
la certeza, la ternura de tu boca, y este miedo a volar.
Y dime qué,
dime qué hago yo con esto que me araña tanto dentro,
dime qué hago con la tela que antes me arropó,
dime qué hago con mis labios y estas ganas de besarte.
Y dime tú,
dime cómo se controla el pulso cuando rondas cerca,
dime cómo ir de frente, dónde puedo esconderme,
dime qué hago con tus ojos y estas ganas de mirarlos siempre.
Tuvo que ser aquí, en ciudad Berlín.