Fueron tirando cuatro años de sus reservas de cariño hasta agotar su capital
un día vulgar como otros tantos, el ordinario azul dio paso al rojo más dilatador de la verdad
no había nada a compartir ni un triste beso, que llevarse a los labios más bien secos
Vacíos el armario y los cajones, de risas, de caricias y te quieros
Ay amor, que vienes tal como te vas, si es decir sin despedirte, es decir sin avisar
Ay amor, que te vas siempre como vienes, enseñando bien los dientes, al marcharte y al llegar
Su electrocardiograma de ternura fue tan plano como lo es la línea del horizonte
Las existencias de felicidad que un día guardaron, hoy ninguno sabe dónde está
el fútbol, los concursos y García, fueron los enfermeros del enfermo
que más que revivir se remoría, con la lengua colgando como un perro
Ay amor, que vienes tal como te vas, si es decir sin despedirte, es decir sin avisar
Ay amor, que te vas siempre como vienes, enseñando bien los dientes, al marcharte y al llegar
Y se marcharon cada uno por su lado sin mirar, los restos del naufragio entre los dos
Sabiendo que a menudo es lo más fácil naufragar, si apuestas contra el Diablo de farol
Ay amor, que vienes tal como te vas, si es decir sin despedirte, es decir sin avisar
Ay amor, que te vas siempre como vienes, enseñando bien los dientes, al marcharte y al llegar