Ya se pueden animar tus enemigos
a pasar por la vereda sin temblar,
Ya no se podrán quejar por tus ladridos
los vecinos que no saben saludar.
Ya se puede relajar el gaterío
Ahora que le agreguen trabas a la puerta
porque no habrá nadie alerta en quien confiar,
si es que alguna madrugada se despiertan
con un ruido que no sepan explicar.
Te fuiste, pero antes de irte
demostraste valentía una vez más,
prosiguiendo tu papel mientras pudiste
como si fuera cualquier día normal.
Ya se pueden olvidar algo en la mesa,