Amanece, y los coches que ya obstruyen las arterias,
De la gran ciudad que presa de la histeria,
Se ha rendido a la rutina un dia más.
Corazones, condenados en un mundo de creencias,
Denostados entre religión y ciencia,
Obligados a elegir sin despertar.
El vagabundo que no es capaz de imaginar que alguien le quiera,
La hija de dos borrachos que no pudo ser mas que enfermera,
El abogado que por seguir la tradición familiar,
abandonó el contrabajo y ahora no abandona el bar.
Todos cumpliendo el castigo que les impone la vida,
Amarrado a su destino, callados sin rechistar.
Todos cumpliendo el castigo y nadie se da cuenta que no es verdad. (x2)