Claro veo en tus ojos, que la pena, va minando
tu enfermo corazón,
yo no sé por qué sufres, si eres buena,
yo no sé por qué sufres sin razón;
toda tu alma está llena de tristeza, nadie en la vida
a tí te comprendió,
y en el tiempo se pierde tu belleza, como algo que se fue
y no volvió.
Yo que no soy culpable de tu pena, en tu calvario triste
surgiré,
como alivio que rompa la cadena, con las fuerzas de mi alma
te amaré.