No me pidas que te quiera, porque te estoy adorando,
y sólo vivo pensando en tu amor, a mi manera,
todo lo que había soñado, son tus divinas caricias,
tuve que pagar albricias, por ser el afortunado.
Toda la felicidad, se ha quedado aquí en mi ser,
ahora sé lo que es querer, sin rencores ni maldad;
no me pidas que te quiera, porque te estoy adorando,
y sólo vivo pensando, que tu amor es primavera.