Duerme tranquila hija mía
que está velando tu sueño
el corazon desvelado
de tu papá musiquero.
Duerme nomás que entre tanto,
y a orillas de tu silencio,
voy a contarle a tu madre
lo que entre mí a veces pienso.
II
Adonde irás con los años
adonde te lleva el tiempo
quien llegará, cómo y cuándo
para ser tu compañero
como me cuesta perderte
ser tuyo y no ser tu dueño
quedarme solo en testigo
y no apuntalar tus sueños.
Busco en mí la palabra