¿A donde van las palabras que no se quedaron?
¿A donde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas, como prisioneras de un ventarrón?
¿O se acurrucan, entre las rendijas, buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales, cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?
¿acaso se van?
¿Y a donde van?
¿a donde van?
¿En que estarán convertidos mis viejos zapatos?