Tom:
Introdução:
E B A
Dices que quieres volver
C#m B A
Dices no lo vuelvo a hacer
E B A
Eres tan bueno al hablar
C#m
Y tan malo para amar
B
No me vuelves a engañ ar
C#m A
Porque para mí tú eres un error
E B
Porque no voy a extrañ ar
C#m A B
Porque hoy entendí que yo necesito má s
N.C.
E B C#m A
Dé jame devolverte las rosas que son venenosas
E B C#m A
Y llé vate todas tus mariposas me ponen nerviosa
C#m A
Nunca te creí , siemprе me engañ é
C#m B
Nunca quisiste cambiar
C#m A B
Nunca mе reí , siempre te lloré y no má s
E
Once razones para olvidar
E B A
Te dediqué esta canció n
C#m B A
Te escribí cada razó n
E B A
Para ya nunca olvidar
C#m
Que te tengo que soltar
B
Y cuidar mi corazó n, no
C#m A
Porque para ti vale má s ganar
E B
Que perder a una mujer
C#m A B
Porque junto a ti nunca para de llover
N.C.
E B C#m A
Dé jame devolverte las rosas que son venenosas
E B C#m A
Y llé vate todas tus mariposas me ponen nerviosa
C#m A
Nunca te creí , siemprе me engañ é
C#m B
Nunca quisiste cambiar
C#m A B
Nunca mе reí , siempre te lloré y no má s
E
Once razones para olvidar (Once razones para olvidar)
C#m
Once razones para olvidarte
A
Que no te habí as ido y yo ya habí a aprendido a extrañ arte
E
Que entre menos me querí as, menos yo podí a dejarte
B
Y que la estupidez má s grande fue nunca aprender a olvidarte
C#m
Por tu culpa se ha quedado un corazó n sin vida
A
Un recuerdo y una herida, que me quema nuestras vidas
E
Cuando te fuiste, entre má s me dolí a, má s me convencí a
Que si no ibas a volver, aunque me dolerí a
B
Todo darí a igual, estas son mis once razones para olvidarte
C#m A
Hay una razó n que no me esperé
E B
Pero mientras tú te vas
C#m A B
Encontré a un amor que me quiere mucho má s, por eso
E B C#m A
Dé jame devolverte las rosas que son venenosas
E B C#m A
Y llé vate todas tus mariposas me ponen nerviosa
C#m A
Nunca te creí , siemprе me engañ é
C#m B
Nunca quisiste cambiar
C#m A B
Nunca mе reí , siempre te lloré y no má s
E A C#m
Once razones para olvidar(Once razones para olvidar,once razones para olvidar)
B A
Once razones para olvidar