Otra vez tú me has hecho caer,
otra vez te has quedado con él.
Yo puedo creer que este sea
mi triste destino.
Yo, que siempre te adoré,
él, que nunca te ha querido.
Otra vez me ha costado entender
por qué juegas conmigo.
Y ¿Por qué no te olvido?
Ya parece un castigo.
Si mi vida te di, pero el tiempo perdí,
¿Por qué sigo contigo?
Y ¿Por qué no te olvido?
Ya no tiene sentido.
No me trates así, sólo déjame ir,
ya no juegues conmigo.
Otra vez cometí el mismo error,
otra vez me hizo falta valor
para reconocer que, por ti,
he perdido el camino.
Yo, que todo lo entregué,
él, que nada te ha ofrecido,
otra vez me ha costado entender
por qué juegas conmigo.
Y ¿Por qué no te olvido?