Me presenté a vuestra revolución una tarde cualquiera.
No había en mí la menor intención de invitarla a cenar.
Vestí a mi ego de curiosidad y pregunté por ella
sabiendo bien que no era para mí semejante percal
Pero resultó que me conmovió la que entonces era su voz
tenía algo especial que invitaba a pasar y pasó.
Yo ya no supe si me iba a largar, ¿Como iba a irme tranquila sin ayudar?
Y me encontré que me enamoré hasta las trancas de su forma de ser
y no sé cómo, me llegó a corresponder.
Y cada día me recibía con un gran ramo de rebeldía
pa pasear por esa otra forma de vida.
Y poco a poco se me llenó un viejo vacío con motivación,
y desde entonces me siento más yo.
Me siento más yo.
Me siento más yo.
Me siento más yo.
Me enamoré de vuestra revolución y me hice una bandera.
Usé mi antigua mochila pa limpiar tanta suciedad (sociedad).
No contemplé acomodar la ilusión en la sala de espera.
Me tatué que los sueños los puedes hacer realidad.
Y construimos una relación que no entendía de resignación,
y nuestras voces se hicieron feroces contra la opresión,
y nuestro afecto fue el pegamento que nos cuidó en todo momento
y ya no sólo teníamos razón, si no sentimientos.
Por eso me encontré que me enamoré hasta las trancas de su forma de ser
y no sé cómo, me llegó a corresponder.
Y cada día me recibía con un gran ramo de rebeldía
pa pasear por esa otra forma de vida.
Y poco a poco se me llenó un viejo vacío con motivación,
y desde entonces me siento más yo.
Me siento más yo.
Me siento más yo.
Me siento más yo.