En Tijuana, tres noches por semana, se trabajaba en México la nuit.
'¿Que hubo, señor?. Me llamo Viridiana y me apellido veinticinco mil'.
Yo no buscaba amores mercenarios y ella no era la venus de Buñuel,
pero el tequila de los solitarios sabe mejor contigo, mademoiselle.
Y dos rondas más tarde la besaba y tres besos después me convenció,
y en un meublé por horas que alquilaba ahorita les diré lo que pasó.
Tantas cosas me dió que no me daban, tantas caricias casi de verdad,
que a mí se me olvidó que trabajaba y ella no se acordó de trabajar.
Por eso, sin faltar una semana, cuando me ven entrar al cabaré
los mariachis, mirando a Viridiana, le cantan 'Y volver, volver, volver'.
Y, aunque en mi cumpleaños dé una cena y no vengan mis hijos a cenar,
Con el corrido de la bella Malinche y el pinche gachupín ¡que viva México la nuit! Que sí (Mais oui)