Uno más entre un millón,
en la misma encrucijada,
en la misma dirección,
en la misma madrugada.
Solitarios en el bar
en busca de compañía
explorando la ciudad
palmo a palmo cada día.
Víctimas del desamor
dan vueltas en la noche
hasta que vuelven a su casa
donde espera un trago más,
la misma habitación desordenada.
Se oye la misma canción
la función ha comenzado
empapados en alcohol
y en perfume de tabaco.
Víctimas del desamor
circenses de la noche aparentes alocados
sutilezas de cajón noctámbulos de a pie
al fin y al cabo.
Un millón entre un millón
dos lenguajes diferentes
con idéntico final
la misma historia de siempre.
Víctimas del desamor
las bocas enmudecen y alguien lanza una plegaria
y después un trago más
la misma habitación desordenada