El sol, ojo candente, ya se asoma,
entre dos párpados de nubes lila.
Puñal de luz que hiere las palomas,
y enciende la ranchada de las islas.
Se entibia el carumbé sobre las piedras,
y acecha en la laguna el yacaré.
Remando en su canoa el carpinchero,
va silbando despacito un estilado chamamé.
Así es mi verde litoral,
cuando comienza a amanecer,
es un espejo el Uruguay,
da gusto ver,
que cada isla es un vergel,
un paraíso terrenal,
aves y flores, miel, amor, cielo y palmar.
Las jearas apuntillan de blanco encaje,
bordando el lienzo azul del firmamento,
y estalla un alarido en el obraje,
que escapa desangrándose en el viento.
La chúcara yeguada en el estero,
contesta a los relinchos de un bagual.
Y pasan como sombras los troperos,
entre guampas y pezuñas
quebrando la soledad.
Así es mi verde litoral,
cuando comienza a amanecer,
es un espejo el Uruguay,
da gusto ver,
que cada isla es un vergel,
un paraíso terrenal,
aves y flores, miel, amor, cielo y palmaaaaar.