Una vuelta de cara, un refugio en el aire
todo el tiempo en un puño y todo el sol.
Una vida agitada que no encuentra palabras
que me expliquen tanto amor.
Amor que no se sabe qué es,
qué es lo que busca y cuántas horas quiere estar
en las miradas de los amigos
y de la gente que no está.
Una vez tuve un sueño y no supe contarlo,
lo guardé en una habitación del alma
y era tanto su fuego, tanta su indiferencia
frente a un mundo pretencioso equivocado por demás.
Qué lindo estás,
hoy te amaría hasta que empiece a anochecer,
perder la cuenta de los afectos,
un viejo vicio que hace mal.