Te acuerdas que dijiste aquella noche, que sólo para mí sería tu amor,
no quiero pronunciar ningún reproche, yo soy amigo viejo del dolor;
sabiendo que mi alma estaba rota, te supe refugiar entre mis brazos,
te dí mi última sangre gota a gota, para curar tu vida hecha pedazos;
Ya no podrás borrarme tu presencia, porque estoy impregnado de tu ser,
y siento palpitar en mi existencia, tu mentira traviesa de mujer;
tú me recordarás en mis canciones, por lejos que te encuentres me
oirás,
cuando estés en un mundo de emociones, siempre en tu pensamiento me
tendrás.