Eran como dos gotas de agua,
siempre salían a solas
flotar entre flores y aromas.
Eran como dos gotas de agua,
de luna a luna con ellas
las calles soñaban despiertas.
Locas, corriendo sin mucho aprecio
a todo lo que les decía.
Rompiendo con cada gesto
todo lo que apetecía.
Soñando en romperlo todo,
sabiendo que nunca pasaría.
Dos locas de la colina cantándole a la noche y al día.
Y si pudiéramos quemar todos los trapos sucios
y no dejarnos llevar por la marea,
que yo quiero ser del aire y tú quieres ser del fuego,
y perdernos ya sin miedo.
Eran como uña y carne,