Toma, que tu Cuerpo sea mi cuerpo,
Que tu Sangre sea mi sangre,
Que tu Luz sea mi ciudad.
Deja que penetre en tu misterio,
que me hunda en tu Palabra; tómame, Señor.
Mas tómame, y húndeme en ti,
Que olvide mi ayer que vuelva a creer,
Y así podré volver a gritar
Que vivo tu Amor, que voy hacia Ti.