aunque no sepa la contraseña que tocar,
sabe que la puerta igual no mas le voy a abrir.
la dejo servida, pero me la tumba igual,
no me deja en pie ni silencio ni calcetín.
Pero saberse igual a todo
es lo que te hace diferente.
Una guerra viene a golpear mi mesa,
y entre los vientos y la mujer y yo mismo,
me encuentra resuelto a mi familia defender.
Y su muerte instala tremendos carteles
y se toma el sitio donde antes vivía yo,
y descubro que no es muerte, si no un falso dios.
Me enseñaron a tener miedo
pero miedo de darme por vencido,
miedo porque no avanzo solo.
Un estallido viene a golpear los cuerpos,
y me encuentra justo cuando por la calle entra,
y le planto cara y quedo para la cagá,
y todo el mundo viene a golpear a mi puerta
y deja olvidado no sé qué inmenso dolor,
y lo siento mío y le compongo una canción.
Me enseñaron que no se llora,
pero llanto me apodan mis amigos.
Duele tener tan poquitas manos, duele
no tener poderes como el mar o los truenos,
ser tan poca cosa y tener tanta ambición.
Llanto de ver pena ajena en el espejo,
indignarme, levantar el puño y gritar,
y ver que me miran como estúpido al pasar.
Me enseñaron a tener miedo
y medio es justo lo que tengo,
pero miedo a darme por vencido,
miedo a no abrir la puerta al lodo, los amores, las batallas,
las ideas y los mundos.