Empezó la zafra y la madrugada te ha de encontrar,
allá en el yerbal
ponderando el filo de tu machete en un sapukay,
lindo de más.
La esperanza verde que la tijera pone a tus pies
es reflejo fiel
de la tierra roja fecunda y hermosa
que te vio nacer.
II
Empapado de sudor
o tiritando de frío
cargás el baita raido
del sino que Dios te dió.
En tu día mi canción
quiere llenarte de halagos
tarefero de mis pagos
orgullo de mi región.
I