Voy llegando de un hipnótico sabor
hasta estás horas porque el sol nos arrestó
aquella noche en el alarde alguno se coló a decirnos
que hace varias noches que algo se nos perdió.
Y la lengua se nos fue empedrando
y la voz llenando de humo
y una musa pasajera nos presume sus caderas
y al final se cantó lo que se pudo.
Y una brújula se nos fue enterrando
y algunas veces dando la razón
y en una sala de parto llora
y en una sala de parto llora
un canto fino, gotas de vino
cuando nos hicimos canción.
Canto a nuestro canto incompleto
trazo de desilución y de hastío
nuestros rasgos del sueño
de que en México se cante sin frío;
soplos del nectar
de la caña, del mezcal y del río;
mujer no es bueno
si nos raptas la canción en su envío;
árbol del trueno
no me obligues a lanzarme al vacío;
luz del sereno
no mastiques nuestras sombras de olvido.
Y la lengua se nos fue empredrando