Tan débiles que somos al momento de nacer;
y nos hacemos fuertes cuando nos toca crecer,
dejándonos la piel.
Somos tan débiles que somos cuando llega la vejez
y nos hacemos fuertes al momento de partir
sin entender porqué.
Somos un segundo, un instante,
el capricho de un reloj
que nadie sabe cuándo va a parar.
Somos un misterio en el planeta,
energía y un color.
(el resto sigue igual)