Pensaba que esto pasaba a otros.
Esa mañana me quise morir.
Promesas azules, lo eterno llamaba,
el mundo era nada, nada por desear.
Parado en la piedra que daba al abismo
Y ahora de nuevo metido en el viaje.
Idilio conmigo puedo cantar
Ese paisaje no era humano,
el valle, el norte, colores de un Dios.