Sobre los campos que son de trigo
pasó la hoz brillando en el camino.
Bajo la noche vuela un martillo,
toca la luna como a un cristal fino.
Y un remolino buscando algo
es tu paso firme mientras duerme un niño.
El sol ordena algunas cosas,
que no son muchas pero son tus rosas.
Y aunque sé que este lado del sol
es difícil, me atrevo igual.
Quemo naves y cambio el reloj.
Sé que ahora durmiendo ella está
revolviendo con el corazón
remolinos de azúcar y sal.
Si tú te sientas tan cerca mío,
el rojo invade todo lo que digo.
Te veo entonces entre la escena
del comunismo como última escena.
Abriendo entonces ala y sombrero,
sin más preguntas soy quien llora y quiero.
Revolviendo con el corazón
remolinos de azúcar y sal.