Tiempos de odio, de guerra y dolor;
la voz del justo sostiene la fe,
tu pueblo espera en silencio el Amor;
ya los profetas enseñan a ver.
Que tus promesas se cumplen, ¡oh Dios!,
Son dos mil años de tu redención
y te esperamos llenos de dolor;
Entre nosotros moraste, Señor;
nuestra tierra recogió tu sudor;
Santa María, Madre del Amor,
José, custodio de nuestro Señor,