Le pido a dios que me ofrezca
otra posibilidad
de salir glorioso de esta condena,
de tener las manos y los pies atados a tu portal.
Desierta la calle en tu nombre.
Nadie se atreve ya a pasear,
y encontrar con sus ojos la cara de este hombre
que por tí se ha clavao los puñales de la soledad.
Se me escapa el tiempo,
no sé dónde va.
Dejándome solo el recuerdo
de lo que ocurrió de verdad
La sangre ha manchado mis ropas.