Cuando salí de Salta,
sólo me puse a llorar.
Me iba llevando la vida
por mi destino de cantar.
Amontonando sueños,
Apenitas nombro a mi Salta,
se me despierta
el colla hecho baguala
carnavalera
y se hace aloja mi sangre
salteña y carpera.
Repechando caminos