Salve, salve, cantaba Marí-a,
quién más pura que tú y solo Dios?,
y en el cielo una voz repetí-a,
más que tú solo Dios y solo Dios!
Con torrentes de luz que te inun-dan,
los arcángeles besan tus pies,
las estrellas tu frente circun-dan
y hasta Dios complacido te ve.