Ya no me platiquen tanto de ella,
¡no ven que ya no quiero saber nada!
Déjenla que siga murmurando,
que desquite el coraje que se carga.
Déjenla que diga a sus amigas
que yo no le importaba para nada,
que conmigo se pasaba el tiempo
para no sentirse desolada.
Déjenla que diga sus mentiras,
al fin que nada más ella se engaña.
Quiere olvidar
que me rogó una y otra vez,
que no ha podido comprender
que ya el amor de mi se fue.
Quiere olvidar
que sólo a mí puede querer,
que cuando le besen la piel
pensará en mí con quien esté.
Dejen que grite y que arrastre mi nombre
que me maldiga, ¡qué mas da!,
al fin que ella no podrá
olvidarse de mí,
de mí.
Déjenla que diga a sus amigas (·)