Soledad sin vocación,
ciudad perdida en tu neblina
Las autopistas negras que cruzan el desvelo confunde la razón
Fabulador que será de mi,
de este país que nos abrazó
Cayéndose a pedazos, perdón por el fracaso, las culpas y el amor
Que no sea nada,
que no esté nunca en la lista negra bajo tu almohada,
que haya tormenta el día de tu boda,
que sople el viento del desencuentro,
que repasando los mandamientos te sientas sola.
Que vuelva el río,
que cuando enciendas el velador te mueras de frío,
que cuando te hagas esa pregunta
que puebla el techo de la penumbra,
sólo te acuerdes que yo te espero, que yo te espero
Soledad, sin inspiración,
conspiración de la memoria,
que dividió en cien piezas, la única certeza que había entre los dos
Que no sea nada,
que esté de paso siempre en tus brazos lo que me aparta,
que se condenen esos amores
que nos archivan como ilusiones,
que se sincere de amaneceres la madrugada.
Que vuelva el río,
que cuando enciendas el velador te mueras de frío,
que cuando te hagas esa pregunta
que puebla el techo de la penumbra
sólo te acuerdes que yo te espero, que yo te espero
Igual que siempre, peor que nunca, mejor que nadie,
solo en el baile con más preguntas y menos suerte.
Sabio de nada, loco de noche, cuerdo de día.
Solo en la vida sin más mentiras para contarte.
Igual que siempre, peor que nunca, mejor que nadie,
solo en el baile con más preguntas y menos suerte.
Sabio de nada, loco de noche, cuerdo de día.
Solo en la vida sin más mentiras para contarte.