Mírame, dime tú, espejo de traición
¿por que no puedes reflejar esa ilusión
de ser yo sin nada más, sin miedos que vencer,
sin el peso de sentir tu crueldad?
Hoy no sé qué puedo hacer
por tu eterna compasión,
no tengo fuerzas pero quiero serte fiel.
¿Como puedo continuar
sin regar la flor que empieza a marchitar?
Ya lo sé, no olvidé, fue mi obsesión,
sé que pronto acabaré con el dolor.
No volví a caer en la tentación,
desafiar el hambre de mi destrucción.
Nunca pude soportar
las sonrisas del ayer,
los insultos de un desprecio cruel,
y es que siento en mi interior
que se acaba el tiempo y muero en soledad
¿a quién puede importar?
Las estrellas brillarán
esta noche en tus zapatos de cristal.
Ya no tienes que temer,
serás hoy la reina,
mi princesa de papel.
Un latido de dolor
apagó su corazón.
Un suspiro, una visión,
el reflejo del adiós.
Las estrellas brillarán
esta noche en tus zapatos de cristal.
Ya no tienes que temer,
serás hoy la reina,
mi princesa de papel.
¿Cuántas rosas morirán
marchitadas por la cruel enfermedad?
No hay hechizos para ser
la reina de un cielo,
mi princesa de papel.