Tienes ojos de canalla.
Sonrisa que duele.
En tu rostro se marca
El paso de las nieves.
Los campos ya no son verdes.
Las rosas dejaron de florecer.
Pero tu alma sigue intacta.
Tu alma tiene diecinueve.
Y qué fue del amor.
De ese tren que nunca pasó.
Y qué fue de los besos.
Qué fue.
Te los ha robado el tiempo.
En tus manos los callos
Del hombre que supo lo que es caer.
Sobre tu espalda los años
Tatuados a fuego en la piel.
Tranquilo y sereno.
Sabes que llegará el invierno.
Y aun así esperas
Sin temerlo ni un momento.
Y qué fue del amor.
De ese tren que nunca pasó.
Y qué fue de los besos.
Qué fue.
No es demasiado tarde
Para salir corriendo.
No es demasiado tarde
Y buscarla tras el viento.
Seguro que ella espera
Sentada frente al mar
Soñando que algún día
La puedas rescatar.
Y ahora sí es amor.
Ese tren que siempre esperó.
Ahora sí son los besos que no
Los pudo robar el tiempo.
Vamos a parar el tiempo.