Cuando deje mi pueblo,
mi corazón herído,
se humedecía en los ojos
de tantos seres queridos.
Recorriendo las calles
Oh ché gente cuera,
cuanto añoraba,
el dos hileras
y la enramada.
El dúo bien alto,
Y así nomás me fui yendo,
en cada familia amiga
porque vendieron sus casas,
llevándose las semillas.
Mirando hacia el horizonte
me quedé llorando un día,
tal vez porque presentía
la hora de mi partida.
inter:como intro