Me dicen que soy pobre, que no tengo derecho, a destruir tu vida
y a pretender tu amor;
Que nada puedo darte, que yo no te merezco, que no debo llevarte
a mi desolación.
¿Y qué sabe la gente de lo que yo te ofrezco? si mi pasión te guarda
con ansia y frenesí;
El sol de mis poemas, la luna de mi ensueño, y todos los tesoros
de un corazón febril.
Para contar mis besos te ofrezco las estrellas, y para tus desmayos
crepúsculos de paz,
auroras de mi sangre para encender tus venas, y dicen que soy pobre,
que no te puedo amar.