Él era solo un niño de trenes sin destíno
buscaba su camino y de repente
algo cambio su vida en la estación
Allí estaba ella muñeca con pulseras
con flores en el pelo y la sonrísa
cubriendole la cara en el vagón
Cuantos dias, cuantos meses, cuantos años
esperando que la vida
lave todo el desengaño
cuantos días, cuantas nueces, veinte años
separados no lograron
apagar ese amor, ese amor
Pero llegaron tiempos oscuros y violentos
Pero un día se encontraron
como trenes de ida y vuelta en el andén
se abrazaron, se besaron
y todo empezó de nuevo otra vez.