no perjudica a nadie el acostarse
un poquito de amor no daña a nadie
nada le costaba haber cedido
dejarse acariciar unos minutos
no quise hacerle daño, no
así se lo dije
tapándole la boca suavemente
no quiero hacerte daño, no
le dije que sólo iba a acariciarla
no tenía porque asustarse tanto, tanto
tuve que acallar el grito de sus ojos
y apreté demasiado
lo lamento
y estuvo bien, pero estaba tan fría
y estuvo bien, pero estaba tan ausente