Entonces llegaste vos
con tus aires de señor
y sin pedirme permiso
me robaste el corazón.
No queda un solo rincón
No te importa
que me muera de dolor
que te mire y sienta que hoy sos
el hombre de mi vida.
No te importa,
nadie cura mis heridas, nadie más.
Nadie más.
Ya no hay sueños rosas, no