Hay un grito en la mañana
una lágrima que nadie secara,
otra vez las amenazas,
se convierten en una trampa mortal.
Otra victima del fuego en la ciudad
otra muerte que se pudo evitar, si, se pudo evitar.
María ya vivía sola
con sus hijos en la capital,
modesto sueldo que alcanzaba
para poco pero con dignidad
Lo importante era su libertad
lo importante era la libertad, si, era la libertad
Maldito es el hombre que te mato
maldito es el hombre que te humillo
no existe perdón ni aquí ni en el cielo
Como puede haber tanta maldad
en un corazón dispuesto a matar
a una mujer que según el tanto amaba
según el tanto amaba
tanto amaba
Su rostro muriendo en la ventana