Era el mismo miedo que sentí una vez,
la misma inquietud pero ahora en otro ser,
era disfrutar cada minuto
de cada detalle de mi juventud.
Fue la risa abierta de un atardecer,
unas manos cargadas de timidez,
un impulso lo que me hizo estar aquí,
pedirte callada quédate a dormir.
Aquí no importa nadie, nadie más que tu,
perdona si algún día no te lo hice ver,
tu huella deja en mi más que una multitud,
un solplo de pasión que me eriza la piel.
Aquí no importa nadie, nadie más que tu,
perdona si algún día no te lo hice ver,
tu huella deja en mi más que una multitud,
un solplo de pasión que me eriza la piel.
Aquí no importa nadie, nadie más que tu
Cayeron las hojas del otoño gris,
ya refresca por la tarde aquí en madrid,
caminé descalza por el parque,
y la humedad del suelo me hizo sonreir.
Si te viera ahora me querria morir,
ya solo me acuerdo de noche de ti,
me tragué mis lágrimas y dije no,
tu tenías tu vida yo mi razón.
Aquí no importa nadie, nadie más que tu,
perdona si algún día no te lo hice ver,
tu huella deja en mi más que una multitud,
un solplo de pasión que me eriza la piel.
Aquí no importa nadie, nadie más que tu,
perdona si algún día no te lo hice ver,
tu huella deja en mi más que una multitud,
un solplo de pasión que me eriza la piel.
Aquí no importa nadie, nadie más que tu,
perdona si algún día no te lo hice ver,
tu huella deja en mi más que una multitud,
un solplo de pasión que me eriza la piel.