Nunca nadie entendió
La importancia que él le dio
A esa estrella disfrazada de mujer.
Desvelo todas sus noches
Y casi sin reproches
Se dejo enamorar por ese falso poder.
No escuchó a la voz que tenía que escuchar
La ignoro por completo, se dejó ilusionar.
Despertó todos sus sueños
La mismísima dueña
Del más amargo sabor.
Le entrego el alma al diablo
Y nunca pensó en el daño
Que le podría causar.
Entre vinos y cigarros
Le regalo el engaño
El poder y su obsesión.
Sus ojos están de duelo
Por perder en el juego
De quién miente mas.
No escucho a la voz que tenía que escuchar
La ignoro por completo, se dejó ilusionar
No escucho a la voz que tenía que escuchar
La ignoro por completo, se dejó ilusionar.