Ojos vinílicos, deseos elásticos,
alma de acrílico, sonrisa de plástico.
Labios de melamina, besos virtuales,
palabras de licra y caricias de latex.
Y con su voz de celofán
dice que esa su forma de poder enfrentar
sin armas auténticas (sin armas autenticas) a esta realidad sintética.
Tan real, tan común es su juego
tan artificial que no parece extraño.
Y así va con sus brazos de velcro
corazón de teflón y mirada de nylon.
(Se repite la intro y todos los acordes de las estrofas)