que fácil se olvida, al que nos dio su amor.
De pronto vi a lo lejos, alguien que conocía,
iba con paso lerdo mi viejo profesor.
Grité entonces su nombre, corrí a estrechar su mano,
era el encuentro noble de un ayer que fue mejor.
Estaba frente al hombre, que es mi amigo, mi hermano;
a quien mucho le debo lo que tengo y lo que soy.
Había en su rostro huellas de antiguos sufrimientos,
sonrisas casi muertas, que dejo la ingratitud,
no mata tanto el tiempo como lo hace el olvido,
la indiferencia nuestra acabó su juventud.
(Hablado)
Maestro como no voy a recordarte, si tu me enseñaste
a creer en Dios,a defender a mi patria, a respetar a mis padres
a decir la verdad sobre todas las cosas y aunque la miseria
me azote jamás incarme de rodillas,
porque la dignidad de un hombre no tiene precio.
Maestro por todo eso hoy quiero agradecerte y pedirte perdón,
perdón por los que te olvidan.
Maestro que en el aula, sembraste en mi riquezas
te admiro porque llevas tu pobreza con honor