Ahí vienen Rufino, Saúl y Eleuterio,
a ver si le arreglan un poco el alero.
Usted nunca piensa en sí misma ayudando
a todos los otros, pregunto hasta cuándo.
Ya sé ni me diga ahí vi a la Blanca,
le faltan remedios y abrigo le falta.
Al hijo de Braulio y angá Doña Clara,
está tan viejita que habrá que ayudarla.
Allá donde todos están olvidados
qué cosa difícil es el magisterio,
Morirse la vida, vivirse la muerte,
en leguas y leguas de tierra olvidada.