Por quererte ver,
Lucero del alba.
Alcé mis ojos al cielo,
cuando cruzaba la plaza.
Nada más que miserables
palomares de concreto.
Esta visión me distrajo,
y pisé caca de perro.
Acusado por el rati
que me vió mirando el cielo
Bajo sospecha de adicto,
a las drogas ciudadanas.