Letra de
Los velorios de antaño

Cuando en el barrio había un muerto de gran calidad
la muchachada sabía cómo aprovechar
y hasta el velorio llegaba con toda intención
de llorar un poquitito y de tomar anís.
Pero al velorio también le llegó la inflación
si alguien consigue su muerto ya no es la cuestión
de malgastar lo que deja repartiendo anís,
por eso hoy los entierros pasan por tu nariz,
por eso hoy los entierros pasan por tu nariz.
¿Qué se han hecho los velorios del ayer?
Los cortejos, cortejos, cortejos, cortejos,
cor de nuestros abuelos,
que iban a los tumbos y al revés.
Los finados, finados, finados, finados,
fi tan gordos y buenos
si los herederos quedaban bien.
Al funebrero, al cartero y al cura y al poli
y hasta al buen sereno
les daban anís,
les daban un café.
Hoy ya no volverán los velorios de antaño.
Les daban anís,
les daban un café.
Hoy ya no volverán los velorios de ayer.
Hoy esa antigua carroza es un coche veloz,
que se los lleva a los muertos a todo vapor.
Hoy ya no existe ese dulce placer infantil
de tropezar con la bosta siguiendo hasta el fin.
Esta mañana yo he visto cosa singular.
Una moderna carroza a punto ha de chocar
y cuando el pobre cortejo a los tumbos llegó
vieron que el finadito un pedazo perdió.
Vieron que el finadito un pedazo perdió.
¿Qué se han hecho los velorios del ayer?
Los cortejos, cortejos, cortejos, cortejos,
cor de nuestros abuelos,
que iban a los tumbos y al revés.
Los finados, finados, finados, finados,
fi tan gordos y buenos
si los herederos quedaban bien.
Al funebrero, al cartero y al cura y al poli
y hasta al buen sereno
les daban anís,
les daban un café.
Hoy ya no volverán los velorios de antaño.
Les daban anís,
les daban un café.
Hoy ya no volverán los velorios de ayer.
Por eso yo quiero un entierro de pompa y festín.
Sin esos velorios no vale la pena morir.
Prefiero el veneno, pistola o el garrote vil.
Mil veces prefiero, mejor, no dejarme morir.
Y ruego que venga ese tiempo tan lindo otra vez
de aquellos velorios regados de anís y café.
Si hasta los pobres tenían su punto de honor,
y para enterrar sus muertos vendían hasta el colchón.
Y para enterrar sus muertos vendían hasta el colchón.
¿Qué se han hecho los velorios del ayer?
Los cortejos, cortejos, cortejos, cortejos,
cor de nuestros abuelos,
que iban a los tumbos y al revés.
Los finados, finados, finados, finados,
fi tan gordos y buenos
si los herederos quedaban bien.
Al funebrero, al cartero y al cura y al poli
y hasta al buen sereno
les daban anís,
les daban un café.
Hoy ya no volverán los velorios de antaño.
Les daban anís,
les daban un café.
Hoy ya no volverán los velorios de ayer.