Va surgiendo de sus manos
la jica que está tejiendo
en los hilos vegetales
teñidos como sus sueños.
Sus ojos carbón le brillan
lo que a su pueblo le hicieron.
Y lejano un chamamé en un galopar
le llegó en el viento.
Ella encorva su dolor y su juventud
en los hilos tensos.
Hasta cuándo hay que esperar,
alguien tiene que escuchar?
No ha de terminar así esa raza orgullo
de sus abuelos.
Qué emoción le despertó la acordeona azul
de aquel musiquero.
Hoy quisiera estar allí por sentir la vida
como los puebleros
Pero no le va aflojar
ella siempre estuvo aquí
nunca van abandonar
los Matacos son así
INTERMEDIO: Como la Introducción.