Que esta tierra era de Dios,
mi padre me dijo un día,
que era de Dios y era mía,
y no tenía patrón.
Dijo no ver la razón,
de tener miedo que alambran,
ya que la tierra es tan grande,
criolla herencia del paisano.
Hoy de prepo echaron mano,
hasta donde duerme mi padre.
Tierra donde largos años,
veneraron mis abuelos,
Por dónde no habrán tranqueras
para poder galopear.
Aquí nací y me crié,
campeador de sueño y vaca.