Todas las viejas protestas, antiguos reclamos,
está confirmado, ya se controlaron,
y en esa gran trampa que nos colocaron,
cayó nuestra lucha, que fue mi alegría,
y nuestra bandera de la rebeldía
nos fue arrebatada por la intervención
de los tibios.
Yo luché porque sentía que no me querían
y, por defenderme, estoy lleno de heridas,
no fui amoroso ni fui solidario,
fui intransigente y totalitario,
y todo lo que hice es buscar al culpable
para que repare la falta de amor
en mí mismo.
Y hoy, de regreso a mi alma,
suelto un profundo suspiro
que va dejando un espacio
a otra inhalación.
Lo que es verdadero
se revela, se desviste;
lo que realmente existe,
no precisa una razón que lo explique.
Sé que estar incluido no es cosa barata,
o fui un esclavo o fui una rata,
huyendo a la sombra para mi cuidado,
y todos los pasos que fueron errados
siguieron la luz de mi propia estrella
que me iluminaba en mi evolución, eh.
Si te he exigido un beso, no lo merecía,
y si te he juzgado me he equivocado
y, si alguna vez te he aconsejado,
es porque seguro te he subestimado.
Si andás por la vida tan desorientada,
buscándote un alma, como lo hago yo.
El sacrificio no alcanza,
sufro y tampoco existo,
no necesita más armas
mi revolución.
Lo que es verdadero
se revela, se desviste;
lo que realmente existe,
no precisa explicación.
Lo que es verdadero
no pelea ni resiste;
lo que realmente existe,
no precisa una razón que lo explique.