Llorando a mares voy preguntando a los cuatro vientos,
pa´que me diga en dónde se halla mi consentida,
me es imposible ya soportar este sufrimiento,
me estoy ahogando en la propia sangre de mi alma herida.
Yo no comprendo por qué se fue, sin decirme nada,
Diosito santo sabe muy bien, que sin ella muero,
yo no la culpo, ni la maldigo, porque la quiero,
yo la bendigo porque la adoro, con toda el alma.
Ay ay, ay ay, ay ay, qué voy a hacer si el corazón
me lo arrancó,
lo que me duele más es no saber, por qué razón me abandonó,
por mis canciones ha de saber, que a Dios le pido su perdón,
que sea feliz donde ella esté, aunque yo muera de dolor.