Será por ti mi triste vida, ingrata tú quisiste
despedazar en mi alma la última ilusión.
Yo seguiré por este mundo, inmensamente triste,
hasta cuando en silencio me rompa el corazón,
hasta cuando en silencio me rompa el corazón.
Hasta cuando en silencio mi corazón sucumba,
bajo el peso indecible de este amargo sufrir.
hasta que se congelen al borde de mi tumba
las lágrimas que vierto cansado de existir.
Las lágrimas del alma que en sangre convertidas
hoy sirven de aliciente para tus alegrías.
Pero cuando la muerte restañe mis heridas,
quizá tus amarguras serán como las mías,
quizá tus amarguras serán como las mías.